jueves, 23 de octubre de 2008

TODO DICHO

FAST FOOD NATION
Género cine hecho desde la impotencia.
En síntesis lo que vale es la intención.
Ideal para cualquiera que no trabaje para las cadenas de comida rápida.
Puntaje cinco firulos.

Fast food nation (2006) se anunció muchas veces, pero su estreno siempre se postergaba. Uno se preguntaba por qué, teniendo en cuenta la calidad de nombres en el reparto y la solidez de un director como Richard Linklater. Y la respuesta quizás está en que el film no es tan bueno como parece. Más cerca de una postura política que de una película, esta crítica abierta al capitalismo y las cadenas de comida rápida propone una historia coral y moralista al estilo de Vidas cruzadas y Babel, pero más directa y sin tanta pretensión artística.

En un principio la trama sigue a Don Anderson (Greg Kinnear), el director de Marketing de Mickey's en su viaje a un pequeño pueblo de Colorado para investigar el proceso de producción de The Big One, la hamburguesa estrella, que al parecer incluye un poco más de materia fecal de lo deseado en su contenido. Pero su historia, como las demás, sólo son elementos al servicio de un manifiesto en contra de un sistema de grandes corporaciones que se aprovechan de trabajadores mexicanos ilegales para vender un producto deliciosamente asqueroso. Esos diálogos filosóficos que son el jugo de SubUrbia, Tape, Antes del amanecer y otras joyitas de Linklater, pierden potencia al ser tan explícitos. No hay misterio ni sugerencia; lo que se predica es tan literal como decir que la comida chatarra es una mierda. Y la larga lista de celebridades –Bruce Willis, Ethan Hawke, Kris Kristofferson, Patricia Arquette y Avril Lavigne, entre otros- más que personajes son vehículos de un discurso que se tiene que enunciar desde diferentes puntos de vista.

Entre lo rescatable se encuentra la banda sonora y la metáfora de las vacas que se rehúsan a salir de la tranquera cuando son liberadas por un grupo anticapitalista. Y por supuesto el hecho de que lo que se dice es cierto y debe ser dicho, aunque quizás sea más efectivo desde el documental. Eso sí, nadie le quita el gusto a Richard de habernos asqueado con toda la sangre y los intestinos de las vacas de un matadero. El pequeño alegato de un vegetariano confeso.

1 comentario:

Bia Consulting dijo...

No tiene nada que ver con este post... (en verdad las critias de cine largas no las leo).
Pero quiero decir que todavia me acuerdo de ese primer post y de ese gol que rumania nos hizo en el mundial 94 y que nunca me voy a olvidar.