jueves, 30 de octubre de 2008

REJUNTE

El kanikama es la salchicha de mar.
(Uno nunca sabe de qué están hechas).

martes, 28 de octubre de 2008

SIN SALIDA

Llegué justo cuando estaba terminando de contar.

-Y entonces dejó de llorar de pronto y me dijo que quiere que nos compremos una mascota…
-¿Cual?
-Mi novia. Y ahora estoy presionado, no me queda otra que decirle que sí.
-No, cual mascota. Porque si le da lo mismo comprale un hamster o un conejo, que se mueren rápido. Son menos compromiso.
-No le viste la mirada. La cuestión es a gato o perro.
-Estás jodido.

jueves, 23 de octubre de 2008

TODO DICHO

FAST FOOD NATION
Género cine hecho desde la impotencia.
En síntesis lo que vale es la intención.
Ideal para cualquiera que no trabaje para las cadenas de comida rápida.
Puntaje cinco firulos.

Fast food nation (2006) se anunció muchas veces, pero su estreno siempre se postergaba. Uno se preguntaba por qué, teniendo en cuenta la calidad de nombres en el reparto y la solidez de un director como Richard Linklater. Y la respuesta quizás está en que el film no es tan bueno como parece. Más cerca de una postura política que de una película, esta crítica abierta al capitalismo y las cadenas de comida rápida propone una historia coral y moralista al estilo de Vidas cruzadas y Babel, pero más directa y sin tanta pretensión artística.

En un principio la trama sigue a Don Anderson (Greg Kinnear), el director de Marketing de Mickey's en su viaje a un pequeño pueblo de Colorado para investigar el proceso de producción de The Big One, la hamburguesa estrella, que al parecer incluye un poco más de materia fecal de lo deseado en su contenido. Pero su historia, como las demás, sólo son elementos al servicio de un manifiesto en contra de un sistema de grandes corporaciones que se aprovechan de trabajadores mexicanos ilegales para vender un producto deliciosamente asqueroso. Esos diálogos filosóficos que son el jugo de SubUrbia, Tape, Antes del amanecer y otras joyitas de Linklater, pierden potencia al ser tan explícitos. No hay misterio ni sugerencia; lo que se predica es tan literal como decir que la comida chatarra es una mierda. Y la larga lista de celebridades –Bruce Willis, Ethan Hawke, Kris Kristofferson, Patricia Arquette y Avril Lavigne, entre otros- más que personajes son vehículos de un discurso que se tiene que enunciar desde diferentes puntos de vista.

Entre lo rescatable se encuentra la banda sonora y la metáfora de las vacas que se rehúsan a salir de la tranquera cuando son liberadas por un grupo anticapitalista. Y por supuesto el hecho de que lo que se dice es cierto y debe ser dicho, aunque quizás sea más efectivo desde el documental. Eso sí, nadie le quita el gusto a Richard de habernos asqueado con toda la sangre y los intestinos de las vacas de un matadero. El pequeño alegato de un vegetariano confeso.

miércoles, 22 de octubre de 2008

MOROCHOS

¿Alguna vez te atendió un rubio en Persicco?
Parece que para que sus empleados sean la fiel imagen del argentino más gauchito, los dueños decidieron ser racistas al revés.

martes, 21 de octubre de 2008

ALGO PASO ENTRE NOSOTROS

Era mi primer clase de cine y estaba llegando tarde. Atravesé el pabellón sorprendido al enterarme que los colegios primarios tienen una doble vida: se convierten en centros culturales cuando cae el sol. Despacito, abrí la puerta del aula, incliné la cabeza frente al profesor como pidiendo disculpas y seguí derecho a buscarme un lugar entre las gradas. Eran unas gradas de madera, bien largas y con cinco escalones para sentarse. Encontré mi lugar en el cuarto escalón, dejé a un lado el morral y recién ahí me tranquilicé.

El profesor estaba parado allá abajo, hablando de algún plano secuencia delante de un pizarrón verde. Era un pibe joven que me cayó simpático. Claro que lo que más me intrigaba eran mis nuevos compañeritos. Siendo mi primera vez en un centro cultural, era un misterio saber si me encontraba rodeado de jóvenes hippies, yuppies arrepentidos o viejos buscando una manera de matar el tiempo antes de que el tiempo los matara a ellos. De eso dependía una pequeña, pero importante, parte del interés del curso: minitas.

Miré hacia mi derecha para estudiar el panorama y me topé con dos ojos clavados en los míos. Venían de allá al fondo y me obligaron a desviar la mirada inmediatamente. En ese segundo llegué a ver una sonrisa y unos cuántos rulos, pero ahora sólo podía ver al profesor diciendo algo del plano americano. Si mi piel fuera otra, tendría los cachetes enrojecidos. Me alegré de no ser tan evdiente.

Entonces el profesor agarró una tiza y escribió en el pizarrón: ALGO PASO ENTRE NOSOTROS. Dijo que había una cámara a disposición y que teníamos que dividirnos en dos grupos y salir a filmar por turnos un corto sin editar con ese título.
-En sus marcas, listos, ya!

Me tocó en el grupo de ella, claro. Ella, yo y otros cuatro muchachos.
-Ya sé -dijo uno-, un tipo está sentado en este piano tocando, no? Pero entonces viene alguien de atrás y lo empieza a ahorcar, y mientras él se ahoga sigue tocando cada vez más fuerte, no? Porque en realidad el que lo ahorca es él mismo, porque el tipo es esquizofrénico, entendés? Y mientras le cae sangre por el cuello se mojan las teclas del piano de rojo y el asesino se ve en el espejo y se da cuenta que es él mismo...
-Bueno bueno, pero cómo hacemos para filmar eso? -dije yo-. No tenemos sangre y cómo mostramos que él es el mismo. Es medio complicado, no te parece?
-Hagan lo que quieran -se enojó. Tenía unos borcegos grandotes, el ceño fruncido y un tic nervioso en el ojo izquierdo. Se corrió a un lado, frustrado, y encendió un cigarrillo. Mi parte esquizofrénica me dijo a mí mismo que me callara la boca.

Hubo otras ideas, pero ninguna convencía. El otro grupo ya estaba filmando y pronto nos traerían la cámara para que en diez minutos resolviésemos el asunto. Algo había que hacer. Por eso largué todo sin pensarlo:
-Y si hacemos esto? Un chico sentado en las gradas mientras el profesor da clases. El chico mira a la derecha para ver a una chica y descubre que ella ya lo estaba mirando desde antes. El chico, cagón, no puede sostener la mirada y se va al mazo: Algo pasó entre nosotros.

Por supuesto que todos coincidieron en que era fácil de hacer y que ella debía hacer de ella (era la única chica) y yo de yo (era el de la idea).
Plano 1: yo sentado mirando al frente, de pronto miro hacia la derecha.
Plano 2: ella mirandome fijo a los ojos.
Plano 3: el gil pone cara de sorprendido y corre la vista hacia el piso.
Listo el pollo. Tasa a tasa cada uno a su casa.

Pasaron seis meses hasta que hablé del tema con ella en el encuentro de fin del curso. En todo ese tiempo no intercambiamos más que un par de palabras.
Claro que se acordaba, cómo no se iba a acordar. Y por supuesto que se había dado cuenta; fue muy evidente. Esa noche encontré la manera de invitarla a salir, porque siempre pensé que la historia que debía contarles a mis nietos sobre cómo conocí a la mujer de mi vida tenía que ser parecida a esta.

Fuimos a una plaza de barrio norte a tomar un helado en un día de verano. Hablábamos de cine, la pasábamos bien, hasta que en un momento se largó una leve llovizna. Nos sorprendió, porque el día era perfecto, y nos dimos cuenta de que fuera de la plaza no llovía. Era una nube pasajera que estaba justo arriba nuestro, como si fuéramos ese dibujo animado del personaje pesimista al que lo sigue una nube que le llueve sólo a él porque todo le sale mal. Yo lo tomé como una señal: las cosas estaban saliendo muy bien. Era el momento de la película en que él aprovecha y le da el primer beso. Entonces le dije:
-Es el momento de la película en que la pareja perfecta se da el primer beso.
Y acerqué la cabeza.

Pero no siempre la vida es como en las películas.

Y sin embargo no puedo evitar seguir con la esperanza de que la mía sí lo sea. Por eso estoy atento a las señales, y cuando tropiezo con una buena historia, presto atención. No sea cosa de perderme a la mujer de mi vida.

viernes, 17 de octubre de 2008

ENTRE NOSOTROS

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(yo tampoco soy normal)
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miércoles, 15 de octubre de 2008

NO CONFIO

En depositar cheques por cajero automático.
En programar algo para grabar.
En las cadenas de mail.
En el indec.
En la gente de traje que se ve demasiado segura de sí misma.
En los políticos con bigote.
En los bigotes cuadrados.
En los políticos sin bigotes.
En los cuidacoches.
En las drogas en pastilla.
En los perros con bozal.
En los Rotweillers sin bozal.
En Sprayette.
En el desafío de la blancura.
En mi hermana, cuando dice que llega a cierta hora.
En mi hermano, cuando dice cualquier cosa.
En las compañías telefónicas.
En la gente que no te mira a los ojos.
En las secuelas, precuelas y trilogías.
En las compras por tarjeta de crédito por internet.
En mí, cuando estoy en uno de esos días.

jueves, 9 de octubre de 2008

FONEMA

Acabala con la labia embalada, Bárbara, que disparás palabras disparatadas como balas blandas que no me alcanzan ni se enlazan. Bailan tus palabras vanas, bailan La Bamba o La Lambada, se balancean por tu garganta, empapadas en baba y resbalan amalgamadas sin ganas, como si nada.

Acabala, Bárbara, ¿vas a balbucear hasta el alba? Ensamblás palabras limadas, no vacilás con la bobada, te abalanzás con gansadas... Sos brava Bárbara, ¿no medís nada en la balanza?

Acabala, ¿querés?, o te voy a dar una biaba. Volvé al bla bla bla, seguí hilvanando pavadas y te voy a embalar embalsamada para mandarte en balsa hasta las Bahamas. Ni Balá ni Badalá, ni siquiera Sai Baba te va a salvar de las veladas malvadas que te aguardan si no bajás la marcha.

Acabala, Bárbara, no seas mala. Mañana llorarás, ya no bailarás mi bals, te librarás de mi balada. ¿Y si acatara las palabras de mamá y las hermanas? Anclala, me reclaman las santas, ¡olvidala que está endiablada! Mañana quedarás aislada, anonadada; mañana serás la villana si no te callas.

Acabala, Bárbara, no hagas más macanas.

sábado, 4 de octubre de 2008

EL TIRO POR LA CULATA

Se apagó el sonido después de la primera gran canción de Dave Mathews Band en el Pepsi Music.
...
Un minuto, dos minutos.
...
El batero le sigue dando como nunca, pero no se escucha. La muchedumbre se impacienta.
...
Cinco minutos, seis minutos.
...
Surge un canto general: "¡Co-ca Co-la, Co-ca Co-la!... ¡Co-ca Co-la, Co-ca Co-la!, Co...". Y así.

viernes, 3 de octubre de 2008

LIMITES DEL MARKETING POLITICO

Es sabido que los políticos pagan a expertos para diferenciarse de los demás a través del cuidado de su imagen, sus slogans y discursos. La pregunta es desde cuándo. Y cuál es el límite.
¿El bigote de Hitler fue programado? ¿O era un capricho del Führer?
¿Y el bigotón de Stalin? Quizás la mano escondida de Napoleón era para mantener a la gente intrigada. ¿Fidel tuvo que contenerse las ganas de afeitarse durante décadas?
¿Y las patillas de Menem? ¿Por qué se las recortó después de ganarse el voto del pueblo? ¿En la reuniones internacionales con gente importante no le convenía mostrarse como un personaje del Planeta de los Simios? Sospe..

miércoles, 1 de octubre de 2008

LO MAS CERCA

Ella y yo. Ella y yo acostados en un colchón finito tirado en el piso de una habitación. El colchón es de una plaza; la habitación no tiene ventanas, es del tamaño de un pequeño depósito y está rodeada de polvo, alguna que otra garrafa y bolsos tirados en el piso.
Ella y yo. A las seis de la mañana.

Afuera está Ibiza, nada menos. Pero estamos adentro. Ella vino a visitar, yo la saqué a pasear. Somos amigos, está claro? Amigos y nada más que amigos. Los dos pensamos lo mismo.

Ya pasó la paranoia de su primera pastilla; la saqué del boliche y caminamos y caminamos. Le susurré tranquilidad al oído hasta dejarla sonriendo y mirando, mirando a todos lados, con la botellita en la mano y el agua chorreándole de la boca cada tanto. Ahora estamos en el colchón, apretados por comodidad.
Ella y yo.
Yo tengo sueño: mañana hay que trabajar.

-No te duermas che -me mueve el hombro.
Yo boca abajo, ojos cerrados, chito la boca.
-¿Me drogás y te dormís? No me podés dejar así.
-Mmnhm, mmmgrr, mmm -gruñido gutural, estilo Marge Simpson.
-Dalee, hablemos un rato. Vamos, vam!, arriba, arriba -intenta levantarme, pero peso muerto, muertísimo, y fracasa-. ¡Despertate!
-Si me despierto te cojo
Boca abajo, sin abrir los ojos, tono jocoso.
-Ay boludo!
-Te cojo o no te cojo?
-No seas forro.
Músculos dormidos, tranquilidad absoluta. Paz.
-Te cojo.
-Dale, taradito.
-Entonces dejame dormir.

Me dejó nomás. Y para los Harrys del mundo quedó demostrado que efectivamente existe la amistad entre el hombre y la mujer.
Eso es lo más cerca que estuvimos de perderla.
Y no fue para tanto.