miércoles, 16 de julio de 2008

DE ALGO HAY QUE MORIR

Desde la ventana de su departamento, Eugenio mira a su vecina y de pronto tiene la sensación, más aún, la seguridad, de que es una asesina. Se imagina que detrás de esa imagen inocente y servicial que proyecta su vecina se esconde una asesina serial temible. Asesina de largo plazo, meticulosa, capaz de matar a nivel masivo con la ingenuidad de un niño. El miedo se apodera de Eugenio, de tal manera que por un segundo piensa en mudarse antes de que sea demasiado tarde.
-Fijate la ventana, Ricardo –le dice a su amigo, que con la mirada fija se encontraba analizando en silencio las virtudes de la pared del living.
-¿Qué hay?
-La antena de Cablevisión. ¿La ves? Esa torre inmensa que emite ondas invisibles. Nos va a matar a todos. Dentro de treinta años el barrio entero va a tener cáncer por culpa de ella.
-Paranoia, paranoia –responde Ricardo-. Estás desperdiciando la utilidad de este verde. Lo mismo puede pasar con los celulares. No hay nada que hacer. Total, de algo hay que morir.
Eugenio, en un principio, está de acuerdo. En lo del principio, mejor dicho: el porro le había pegado mal. Decide resignarse y disfrutar del enemigo. Prende la tele, una tuca, y se queda viendo una película que ya había visto, pero de una manera distinta.

3 comentarios:

Ajuancho dijo...

Vivá la patría y vivá perón!
Muerte a los Gorilas!
No a la resolución 125!
uhhh esté no es un blog de opión política?
Nuestra amiga maría nos sigue confundiendo, si hay que morir de algo yo quiero morir de sobredosis de sushi!

Firulo dijo...

Tarde pero seguro apareció cierta apología de las drogas.
No soprende que recién entonces surja el comentario del chico de tapa, ese moreno de pantalones amplios y collar surfer que adorna las notas sobre la marihuana en el diario perfil.
Dudo que alguno de nosotros llegue a ser foto de tapa de un diario como él. Y lo logró por su habilidad para armar porros en una plaza pública. Que no es poco.

Regalame un disco dijo...

Yo quiero morir de sobredosis de helado.



Y mirando television por cable, claro.