Nunca en toda mi vida había visto una cola tan larga para el baño de hombres. Medía tres personas y media de ancho y unos 25 metros de largo. Por más que me concentré, las ganas no se fueron, así que no me quedó otra que hacer la fila. De fondo sonaba la orquesta de tambores de La bomba de tiempo, una gran solución del Konex para sacarle el mal gusto a los lunes.
Pasaron diez minutos y de alguna manera logré llegar a la puerta sin que me estallara la vejiga. Pero ahí no terminaba el problema, porque el baño era enorme y apenas entré vi más de veinte personas adentro, esperando su turno. Había una fila de cinco meadores detrás de cada mingitorio. Y eran cinco mingitorios, uno al lado del otro. Yo quedé último en la fila del medio, la número tres.
-Ey, qué estamos viendo? –le pregunté al de al lado, que era más alto que yo y llegaba a ver algo más que un grupo nucas-. ¿De qué trata el show?
-No se, pero parece interesante. Hay mucha expectativa.
-Tendría que haber comprado platea, los petisos nunca vemos nada desde el campo.
Se rió y sutilmente se apretó la entrepierna. Teníamos el mismo problema.
-Me siento en la popular –le dije-. Si somos la hinchada tenemos que hacernos cargo.
Nos miramos y empezamos a cantar. Enseguida se sumaron otros y los que meaban sintieron el aliento de la hinchada.
-¡Vamos que se puede! ¡Fuerza loco, que ya va a salir!
-Eso, eso… metele rápido, no pierdas la concentración…
-¡Hacelo por la gente!
Entre varios empezamos a aplaudir mientras cantábamos ¡meo, meo, meo! ¡ya, ya, ya, ya!
Algunos sufrían y por más que intentaban no lograban sacar las primeras gotas. La hinchada los intimidaba, no soportaban la presión.
-Vamos que si no sale, sale la próxima. –los apuraban para ver si abandonaban.
Me dio un poco de miedo. Recordé las veces que mi papá esperaba que hiciera pis en un árbol para seguir camino, y yo que no podía y no podía hasta que le gritaba: ¡No me mires que no me sale!
Sentí que me transpiraban las manos. Pronto sería mi turno, tenía que estar preparado. Pensé en canillas abiertas, cascadas de Bariloche y en ese hermoso sonido después de apretar el botón de la cadena. El que estaba adelante mío se dio vuelta y suspiró aliviado mientras se levantaba la bragueta.
La hora de la verdad.
Y lo que siguió, son cuestiones de la vida privada de cada uno.
Lectores amarillistas.
sábado, 2 de agosto de 2008
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5 comentarios:
Yo estuve parado en esa cola, me estaba muriendo de ganas y al mismo tiempo no podía creer que estaba presenciando por primera vez en mi vida una cola del baño de hombres más larga a la de mujeres.
No aguanté a entrar, salí de l Konex y me fuí a un arbolito, cuando terminé, me dí vuelta y los dos arbolitos de atras del mio estaban ocupados!!!
¿Es antiestético una mujer en un arbolito? ¿Suma o resta puntos que una señorita no tenga prurito (que palabra horrible) en hacer eso?
Creo que claramente resta. Una chica que mea en un arbol no se baña, tiene olor y se saca los mocos.
Algo irremontable para mí, es ver a una mujer sacándose los mocos.
Pero ante una emergencia que sea capaz de encarar hacia el arbolito demuestra que es mas simple, que tiene calle y puede comerse un pancho de parada sin problemas.
Si a la vez tambien sabe comportarse en un restoran de lujo (algo que yo no se), estamos hablando de una chica a tener muy en cuenta.
Ioni amigo, hay que ver si una mujer es fea cuando se saca los mocos porque..., si se los saca del culo?
Un abrazo amigos!
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