Es una biblioteca violeta. Tiene la altura de un pequeño jugador de básquet, el ancho de un enano estándar en posición horizontal y la profundidad de una biblioteca. Está hecha de madera, y es violeta porque yo la pinté de violeta. No se qué pensará ella de su color, pero mi casa la prefiere de violeta porque yo la prefiero de violeta y en mi casa se hace lo que yo digo.
La biblioteca tiene cinco pisos más la parte de arriba, que es donde guardo discos viejos y papeles de trámites. Ahí también se junta el polvo, porque sabe que no llego a limpiar tan alto y puede dormir tranquilo.
En el primer piso viven los dvds. Antes vivían los vhs. ¿De qué sirve una colección si no resiste el paso del tiempo? No sé, pero un coleccionista tiene que coleccionar. Además, las nuevas cajitas son más flacas, más altas, más lindas y más coloridas, ya que están impresas con las tapas de sus respectivas películas.
Mi biblioteca, que está en mi casa y es obediente, elije como sus preferidas a Tiempos Violentos, Magnolia, Delicatessen, Donnie Darko, Los excéntricos Tenembaun, El ladrón de orquídeas y Apocalipsis Now.
Mi biblioteca tiene buen gusto.
El piso del medio es el de los libros más nuevos, que todavía mantienen sus lomos intactos. Están clasificados primero por editorial, luego por tamaño, luego por colores y por último como se me da la gana, porque algo de anarquía siempre es saludable.
Delante de los libros hay chucherías, como inciensos, encendedores y una bocina vieja de bicicleta que cada vez que suena desespera a mi perro boxer. También es el piso de los muñecos: Homero, Kenny, Jack, Manolito, Libertad, Miguelito y el abuelo Simpson.
El anteúltimo piso mezcla libros en estado crítico con diccionarios despellejados, álbumes de fotos y objetos nómades como fichas de poker, el orgasmotrón y demás artículos de carácter privado.
Algunas ediciones destacables del piso: los macanudos de Liniers, El eternauta, una guía del masaje sensual con fotos explicativas (regalo de una ex novia para mi hermano mayor), y libros escritos por mi abuela en la época de sus delirios místicos. La página 48 del volumen El orden del amor contiene el capítulo de título excitarse que comienza diciendo es lo más común. Luego, continúa.
El último piso es el de las revistas. Por más que las saco y vuelvo a ponerlas una por una, sigue siendo un piso dominado por el caos. Las revistas no saben nada del orden.
Parte imprescindible de una casa, escondite de gustos culturales y secretos íntimos, las bibliotecas dicen mucho de la vida de una persona. Pero la mía no, porque lo tiene prohibido, así que cualquier cosa que quieran saber me lo preguntan a mí, ¿está claro?
viernes, 8 de agosto de 2008
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3 comentarios:
Tal cual, todos tenemos bibliotecas así (aunque, en mi caso, no la pinté de violeta y dudo que lo haga).
¿Así que también sos fanático de Donnie Darko? Te recomiendo leer la siguiente nota. Eso sí: lamento haber endiosado tan rápido a Richard Kelly. Bah todavía no sé si hice bien:
http://www.revistaaxolotl.com.ar/cinema10.htm
M
Yo también lo endiosé. Y desde esa peli le tengo cariño a los gyllenhal y drew barrymore. ¿Es tan mala la nueva de él como dicen que es?
buena la nora, pero no vi domino porque el trailer me daba mucha acción y estética de videoclip. ¿Es buena?
No vi la nueva. Parece un delirio simpático.
Domino es hiper demente. Me partió el cráneo la primera vez que la vi, pero la segunda vez ni siquiera me pareció demasiado buena.
M
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