La vi pasar por la puerta del Jackpot Ferrer. Una, dos, tres veces. Al cuarto día ya podía verla sin verla. Dibujarla en mi mente de a poco, con los ojos cerrados.
Primero sus anteojitos chatos (su característica singular). Después sí, el pelo rubio, la cara redonda, los huecos en sus mejillas sonrientes. Tenía siempre la misma remera sucia y holgada, bermudas verde militar, ojotas, una gran mochila y un pañuelo en la cabeza. Parecía una animada turista holandesa (¿o suiza?), ideal para encontrársela en el pequeño refugio de lo más alto de la montaña. Pero estaba acá, en la playa (nunca jamás en malla), como una mochilera hippie desorbitada y fuera de contexto en la isla de las drogas sintéticas y la última última moda.
Un día entró al Jackpot Ferrer a pedir cambio para comprar tabaco (¿qué hacía acompañada de ese vagabundo?), y conversamos por unos segundos en un español forzado, despidiéndonos en inglés (debe ser holandesa).
Desde ese día, cada vez que nos cruzamos (sin cruzar miradas) la analicé más a fondo, para escarbar en su pasado, en sus objetivos, en su status quo (¿en su estado civil?).
Mi sorpresa fue incrementándose al descubrir sus hábitos y su extraño entorno. La vi tomando cervezas en la arena con el tano de pelo largo (el que tiene bicicletas frescas, recién robadas), fumando en la vereda con los yonquis y caminando hacia mi barra, esta vez de madrugada con un desagradable que le invitaba una copa (¿sólo a cambio de su simpatía?).
Mi interés por conocerla mutó en una obsesión por escuchar las razones de su contexto, a tal punto que en una ocasión casi le dirijo la palabra (¡en plena avenida España!). Ella parece una chica bien, habla y camina como una chica bien; dice muchas gracias, permiso y por favor. ¿Acaso sus anteojos de intelectual francesa (o suiza) son una mera máscara? ¿Estará funcionando mal mi prejuicioso scanner a distancia? Podría ser, pero suena descabellado (aunque también ella debería estar en la montaña).
Su olor permanece agradable. Siempre se la ve limpia, a pesar de su ropa sucia. Ella solo debe vivir la vida de ellos para ganar experiencia, para vivir aventuras, para saber que puede (¿para sobrevivir?).
Un amigo dice que le contaron de una rubia que anda suelta (¿será ella?). Una chica joven de buena familia. Una millonaria loca (¿será ella?), que prefiere la calle antes que la cama de agua, las sobras antes que el plato principal. Por puro gusto. ¿Cómo puede ser?
-Está loca -simplificó él (no la conoce). Acá hay mucha gente que parece normal, pero les falla el mate. Son locos –dijo como si ella fuera una leyenda para entretenernos, como el tipo que se despierta sin riñón en una bañadera colmada de hielos.
Ayer cerré temprano, a las cuatro menos cuarto de la mañana. Y en el camino de regreso tropecé con sus dulces sueños en plena calle. Estaba cruzada de brazos sobre las baldosas de una escalinata, con una ligera inclinación de cabeza hacia su hombro derecho, sobreviviendo a la noche. Quise despertarla, preguntarle, invitarla, abrazarla. Quise saber. Desesperadamente.
Esa noche me costo dormir. No estaba preparado para la verdad.
viernes, 3 de abril de 2009
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5 comentarios:
¿por que sera que todo lo que se escribe tiene que ver directa o indirectamente con el amor?
O drogas, o futbol, o whiskey, o sexo, o... drogas.
Pero claro, sobre economia o politica nunca, no?
hacia un rato no entraba por acá. no soy muy fan de seguir un texto en partes vía internet, si esto estuviese impreso probablemente lo leería entero con gusto. pero, más allá de eso leí "ella" y me gustó. este sos vos, es un alter ego o es un ficticio? o un poco de los tres?
Será lo del amor Tami? En este caso agregue el amor pero lo que me hacia sentir esa chica era una mezcla de lastima con misterio. Y ya que estamos: tatatata tiene que ver con el profesor jirafales?
Querés que hable sobre la economía política de ibiza gilún? Andá a abrazarle las piernas a Obama, chupamedias..
Ivi yo tampoco soy muy partidario de esto por entregas, pero era una forma de sacarlo al mundo y de mi sistema. Igual funcionan solos en general... y si, es un alter ego mas inocentón haciendo crónicas de un viaje real.
Qué bueno, quiero irme a Ibiza a caminar con ropa sucia y anteojos.
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