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Los envidiosos no son esos
que envidian a los osos.
Tampoco los que en el truco
siempre cantan envido.
Los envidiosos, naturalmente,
envidian a los dioses.
Pero cuando envidian a los dioses
de otros
es peligroso.
La envidia genera odio
de que esos otros
crean que sus dioses
son mejores que los propios.
Entonces hay que fuiiishh
borrarlos,
para matar a su Dios,
así todos entienden que el único,
el mejor, es el nuestro.
Y que no se lo prestamos.
Porque nosotros lo vimos primero.
Lero lero.
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lunes, 28 de junio de 2010
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2 comentarios:
que estupida puclicación tan facista, lero lero candilero. Pesímo poema para matar el tiempo proponer la muerte de otros y justificar la guerra diciendo que los musulmanes son envidiosos. ¿de dónde sos tío?
Hola hormiguina, no te enojes así.
Soy argentino y el texto (poema es demasiado palabra para esto) no era contra los musulmanes sino contra el fundamentalismo todo.
La intención era criticarlo con eso que llaman sarcasmo.
Pero si eso no se nota genera el efecto contrario.
Qué riesgo.
Prefiero correrlo igualmente.
Es que me encanta el sarcasmo.
Saludo
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