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Me asomé al balcón y las vi paraditas sobre el cable.
Dos palomas, una al lado de la otra. Parecían amigas.
Me di vuelta y le pregunté a ella si las palomas se hacen amigas
o no tienen la suficiente inteligencia para elegir amistades.
Ella río. Yo insistí.
Uno siempre ve a palomas en banda.
Pero es tan difícil distinguirlas, o tan absurdo,
que no termina de saberse si son las mismas.
Si a ellas les da lo mismo, o si se prefieren.
Y por eso vuelan juntas a todos lados.
Hasta posarse en el cable de afuera de mi balcón.
Ella río. Yo me quedé mirándola.
Dio un par de vueltas enrollándose como cigarrillo en la sábana.
Me gustaba así, aunque fuéramos distintos.
Ella nunca se haría esas preguntas.
Por eso no duraríamos.
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jueves, 27 de mayo de 2010
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1 comentario:
Como te gustás enano eh? aprendé a disfrutar de las diferencias...
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