Para practicar el beso lastimadura lo primero es encontrar a una criatura lastimada, del sexo que usted prefiera. Conviene estar atentos a accidentes ocasionales y seguir el rastro de un llanto o algún grito perdido que exija la presencia urgente de una madre. De no hallarlo, la alternativa es buscar un niño sano, y lastimarlo. Algunos buenos métodos para esto son la zancadilla, el tacle o el corte superficial con una navaja.
Luego del tropezón desafortunado llega el llanto, las mejillas coloradas, el ligero dolor de cabeza y un grito: ¡Mamá! ¡Mamá! Duele. El grito no es excluyente, y la persona más cercana puede hacerse cargo del beso lastimadura. Se recomienda empezar acariciando la cabecita y preguntar qué pasa mientras se le dice: shh, ya está, ya está, repetidas veces. Si usted no es la madre, probablemente el aullido se haga más agudo y feroz. Es el momento de acercar la cabeza a la herida y lentamente soplarla. Los gritos aumentarán, pero no se detenga, es tan solo el miedo a la cercanía del tacto. El dolor persiste, y la tradición indica que para calmarlo al chico, se le canta. Una elección popular es la entonación de “sana sana colita de rana si no sana hoy sanará mañana”.El canto finaliza con un beso suave y delicado sobre la lastimadura. Mientras los labios rozan la herida, los ojos deben mirar directo a los del niño. Si el efecto es positivo puede hacerse una repetición de besos cortos intercalados con soplidos. El estiramiento del brazo para acariciar la mejilla mojada y limpiar las lágrimas del pequeñuelo es opcional.
Si el llanto continúa es que se trata de un berrinche, en cuyo caso lo recomendable es pararse, limpiarse los pantalones, salir a encontrarse con amigos a tomar una cerveza y olvidarse por completo del asunto.
viernes, 18 de julio de 2008
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2 comentarios:
¿Qué ocurre si el sujeto en cuestión es mayor de 21 años?¿Se aplica, en tal caso, el beso lastimadura?
El beso lastimadura no tiene edad. Eso sí, si el sujeto es mayor de 21 años es recomendable considerarlo como un amigo de juegos antes que como candidato a casamiento, por el riesgo de tener que hacer la fiesta en el parque de la costa o algún salón con pelotero.
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