Compré este libro después de leer Historia Argentina, un gran libro de cuentos de Rodrigo Fresán, y lo compré de vuelta al leer las primeras 50 páginas para regalarlo.
Después se me fue haciendo cada vez más difícil de terminar. Rodrigo se regodea en su talento por momentos y no hay nadie que lo detenga. Eso no quiere decir que termine siendo una novela con infinidad de ideas y frases para subrayar.
Acá les dejo unas cuantas en orden cronológico:
1.
Bailando mal como sólo bailan mal aquellos que, mientras bailan mal, piensan todo el tiempo "estoy bailando... estoy bailando".
2.
Los muertos con el tiempo se convierten en el ideal reescrito por los vivos. Los muertos son, siempre, obras maestras de la literatura. Los muertos no crecen, se expanden como un gas, como un veneno, como un perfume.
3.
Yo pensaba dickensianamente "huérfano al fin", y salía al jardín a hacer dos muñecos de nieve. Un hombre y una mujer: mis padres. Necesitaba verlos derretirse.
4.
No hay seres más oscuros que los niños, que somos tan siniestros cuando somos niños que, al crecer, optamos por olvidarlo. La amnesia adulta sobre la niñez es uno de los fenómenos más interesantes y menos estudiados por la comunidad científica, siempre más preocupada por perpetuar la vejez que por recuperar la infancia.
5.
Jamás nacemos en la época que nos corresponde. Todos estamos de un modo u otro perdidos. Nuestra breve vida no es otra cosa que el intento inútil de acomodar nuestro verdadero gen temporal. La era que nos tocó padecer en la ruleta del tiempo. Hay excepciones, claro: The Beatles, Pablo Picasso, Bill Gates. Los hombres indicados para el momento justo.
6.
No hay nada más inútil que un amigo escritor porque los escritores jamás podrán ayudarse entre ellos.
7.
En ningún sitio se envejece más rápido o se alcanza más pronto la inmortalidad que en el rock.
8.
Nuestras mascotas son las primeras que nos enseñan el significado de la muerte. nuestras mascotas mueren primero sus pequeñas vidas para prepararnos para otras muertes de vidas más formidables -familiares, amigos, amores- pero no por eso más dolorosas.
9.
Los padres, se sabe, son inventos de los hijos. Son los hijos los que los transforman en padres. Los hijos comienzan siendo una nota al pie de los padres y los padres acaban siendo una nota al pie de los hijos. Existen pocos libros de padres sobre hijos y muchos libros de hijos sobre padres.
10.
Nada hace más feliz a un escritor que esas casualidades más propias de la ficción que refutan y fulminan con un rayo las leyes sobre lo que es imposible y sobre lo que no lo es. De golpe, a veces, si se presta debida atención, la vida paree, la vida es, un verdadero cuento de hadas.
11.
Un Devorador de Tiempo. Un ingenio capaz de precisar la fecha exacta de la muerte de todo ser vivo sobre la superficie del planeta. El plan del malvado profesor es monstruoso: provocar la histeria colectiva enviando cartas a todos los habitantes de Londres. Nadie -siendo consciente de la inminencia o lejanía del final- seguirá preocupándose por seguir manteniendo la prolijidad de una vida casi siempre domesticada por la idea de una muerte sorpresiva.
12.
El descubrimiento del océano debería estar prohibido para los menores de edad. hay algo perturbador en el ir y venir de las olas que nos hace pensar en cuestiones en las que no deberíamos pensar hasta sentirnos más intelectualmente capacitados.
13.
Una de esas preguntas que se responde a sí misma y cuyos signos de interrogación no son otra cosa que anzuelos que muerdes casi sin darte cuenta y a los que te quedas enganchado por siempre.
14.
La literatura infantil no busca la posteridad del autor sino que encuentra la inmortalidad del personaje. La firma en la portada es, finalmente, lo que menos importa. Son libros para ser leídos por el lector más primitivo y, posiblemente, más apasionado.
15.
Peter Pan es tan importante y decisivo como Hamlet. Mientras uno se pregunta aquello de "ser o no ser" el otro lo cambia por "crecer o no crecer".
16.
Dios es algo asi como el amigo imaginario de los niños... sólo que se trata del modelo para adultos.
17.
La verdadera tragedia no es la muerte, sino el que se olvide todo lo que uno recordó a lo largo de su vida. Entonces Barrie no va a dejar de tomar notas. Nunca. Para eso sirve la ficción.
18.
¿Hay algo más terrible que el sonido de un teléfono que, se supone, no debería sonar?
19.
Y pronto ya no releeremos nada porque no habrá tiempo -y entenderemos el don de la relectura como un desperdicio- y sólo en nuestra vejez podremos permitirnos el lujo de volver sobre ciertas páginas imprescindibles.
20.
Siempre me pregunté por qué lo llaman coma y no puntos suspensivos o, mejor todavía, paréntesis. La coma es una pausa breve, una alteración casi imperceptible en el discurso; y no este silencio incómodo, impredescible, largo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario