miércoles, 1 de agosto de 2012

LA HORA SIN SOMBRA

No hay libro de Soriano que no haya disfrutado. Todos sus personajes están perdidos, derrotados y resultan entrañables en sus melancólicas épicas desesperadas. La hora sin sombra, su última novela, es la más autobiográfica. La protagoniza un escritor que abandona a su padre para no hacerse cargo de su muerte. Cuando recibe el llamado del hospital la noticia es otra: el padre se escapó y él sale a buscarlo para encontrar en él las piezas perdidas de la novela que está escribiendo.

Si Ignatus Reilley, de La conjura de los necios, tuviera más humanidad, sería un personaje de Soriano. Mi hermano lo es, y no lo sabe. Ya casi estoy escribiendo de él. En una de esas me sale alguna frase de éstas:

1.
"Mi padre nunca había estado tan cerca de mí como en los momentos en que creí haberlo perdido".

2.
"Las fotos son instantes de la vida que después no encajan en ninguna parte".

3.
"Mi padre nunca se preocupó por vestir bien, creía que la elegancia podía estar en otra parte, más íntima y noble".

4.
"Prendía un cigarrillo con otro y empezó a contar que algunas estrellas eran como pequeños fantasmas colgados del cielo, espectros de planetas ya extinguidos y la luz que vemos es apenas el recuerdo de su apogeo. El día en que el primer mono empezó a hablar como un hombre ya estaban muertas".

5.
"La memoria, al elegir lo que conserva y lo que desecha, no sabe de casualidades".

6.
"No le interesaba saber lo que hacía sino quién era. Casado dos veces, fracasado, contesté. De acuerdo, eso casi todo el mundo, pero, ¿quién? ¿Qué fracaso entre todos los fracasos? El de vivir, le dije; un tipo que anda por ahí, sin familia, si otra cosa que un puñado de historias dispersas".

7.
"-¿Qué es esto Ernesto? -preguntó Perón.
-La capital de la Antártida, mi general. El sueño de mi vida.
-Bueno m´hijo metale.
-Cómo, mi general, si no tengo medios.
-Ya va a tener noticias mías.
-Mire que yo no soy peronista. Con todo respeto.
-Yo tampoco, hombre. Somos argentinos.
Eso fue todo. EL minuto imborrable de una vida. Desde entonces mi padre dejó de ser un hombre cualquiera y tuvo todo lo que le hacía falta. El sueño duró poco, pero mi padre lo soñó toda la vida".

8.
"La vejez nos iguala en su humillación".

9.
"Mi padre nunca quiso tener domicilio fijo. Era como si caminara delante de sus propios pasos aunque quizás no hacía más que huir de ellos. Tenía hormigas en los pies y no estuvo con mi madre ni siquiera el día de mi nacimiento".

10.
"La deseaba tanto que ni siquiera intentaba disimularlo".

11.
"¿Por qué hay que sufrir?, se preguntaba. Porque el dolor es la moneda del cielo, le había dicho mi padre una vez".

12.
"Era la primera vez que veía un velorio y aunque se trataba de mi madre sentía más curiosidad que dolor. A medida que pasa el tiempo empezamos a ver la infancia como un paraíso perdido y la juventud como el tiempo que no supimos hacer lo que soñábamos; después es demasiado tarde y a cualquier tontería le llamamos experiencia".

13.
"No sé, me parece que siempre llegamos tarde a lo que amamos".

14.
"-Hace mucho que perdí a mi mujer. Ella me decía cómo hacer, a dónde ir. ¿Usted sabe a dónde va?
-No. Ya estuve en todas partes y no tengo la menor idea".

15.
"-Baje y mirése al espejo.
-Ya lo hice. Hay un borracho que se ríe, un tipo repgunante. ¿Usted ya se vio?".

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