viernes, 30 de julio de 2010

DIVINO TESORO

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Miércoles, una y media de la mañana.
Regreso a casa en coletivo repleto.
Al fondo, adolescentes de ambos sexos
parados apretados contentos cantando
una melodía que no recuerdo
con un estribillo pegadizo que decía:
"Si nos organizamos cojemos todos".
Las jovencitas cantaban más fuerte que los muchachos.
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