Estoy en una zapatería. Ella se está probando zapatillas que me gustan. Le digo que sí con la cabeza aprobando su compra a la distancia. La chica que atiende también me mira y yo le digo que sí, que los llevo. Tengo un deja vu. Me doy cuenta que el deja vu es en realidad un sueño. Ella viene hacia mí y se sienta a mi lado en el piso. No se por qué no nos sentamos en el banquito que usamos de respaldo.
-Soñé que te compraba unas zapatillas para poder darte un beso.
-Hubiera funcionado -se ríe ella.
Levanto dos dedos a la chica que atiende pidiéndole que envuelva las dos zapatillas como si fueran cafés. Ella se me tira encima y me da el beso antes que yo decida dárselo. Tenemos sexo ahí en el piso durante tres minutos. Esa parte no la veo ni la siento. La escucho nomás. Como si fuera una grabación de un contestador telefónico.
Estamos caminando por una calle empedrada. Ella aferrada a mi brazo. Me acuerdo que yo también me compré zapatillas pero con la distracción del sexo olvidé retirarlas. Volvemos a la zapatería. Le explico a la chica que atiende que cuando levanté los dos dedos quería pedir los dos pares de zapatillas, no las dos zapatillas. Me pregunta si tengo el ticket. Por suerte sí, pero al verlo en detalle veo que me cobraron de más. Me quejo. Nos fijamos mejor y nos damos cuenta que es el ticket de Maxi Moralez, el jugador de Racing.
-Debe ser porque se llaman igual -me dice la chica que atiende.
Estoy de acuerdo. Aunque me parece raro, porque me llamo Fernando.
Me pruebo las zapatillas de vuelta. Ella dice que están buenas. Las llevo. Repienso el asunto y me doy cuenta que alguien piensa que yo soy Maxi Moralez y ella la novia de Maxi Moralez. Eso es peligroso. Es una comedia de enredos con cambio de parejas pero con persecución de suspenso. Salimos a la ciudad y estamos en el futuro.
Estoy en un ascensor futurista. Ella ya no está conmigo. No se dónde la dejé. Por alguna razón se que Maxi Moralez me está persiguiendo. Es peligroso. Pero por qué? Cómo sabe él que yo cambié su identidad? Si el ticket de la zapatería lo tengo yo. Y cómo sabe dónde estoy? Por qué no me entero de todo el asunto? Esto no tiene sentido. Todavía estoy en el ascensor. Me voy frustrando, siento que me están encerrando acá para ganar tiempo. Encima es un desperdicio soñar con el futuro y quedarse atrapado en un ascensor.
Estoy en un auto. Es una limosina blanca. Esta es la escena final, el pico de tensión. Alguien al que no le veo la cara ni el cuerpo pero asumo que tiene un gato gris en la mano me dice que afuera está la otra pareja esperando para matarme.
Me canso, abro la puerta del auto y salgo.
-No! -grita el hombre del auto. Ya ni lo veo pero imagino sus zapatos negros lustradísimos.
Camino por el pasto frustrado.
-Así no va. Así no va. No juego más. Este sueño es de cuarta. No cierra por ningún lado. Para mi que lo soñó mo primo.
Aparece mi primo atrás mío a lo lejos en el pasto con el guión en la mano y un gorro viscera pidiéndome que no lo abandone sin avisar de antemano. Que falta la escena final y terminamos. No lo puedo dejar así, con el sueño por la mitad.
-Este sueño es malísimo. No se ni cómo consiguieron la plata para hacerlo -le digo.
Me despierto en la cama. Es tarde. En algún momento apagué el reloj despertador sin acordarme cuándo. Voy a la ducha. Prendo la caliente y me siento en la bañadera. Me gusta revivir el sueño con la ducha cayéndome como lluvia desde lejos. Intento reordenarlo pero sigue sin tener sentido. Es un sueño muy malo. Pero voy recordando episodios de mi día anterior. La conversación de zapatillas con paula, la peli de ciencia ficción futurista que vi, la revisión de las cuentas del local. Como el policiía en Los Sospechosos de Siempre suelto mi taza imaginaria y me doy cuenta de todos los pedazos sueltos de información que utilizaron mis guionistas cerebrales para armar el sueño. Quizás así fue cómo nació el germen de la idea de esa película. Se ve que esta vez los datos fueron tan distintos que los pobres guionistas se vieron en un brete e hicieron lo mejor que pudieron. No los culpo, mis sueños suelen ser mejores. Pero todavía no se de dónde salió Maxi Moralez.
jueves, 24 de septiembre de 2009
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4 comentarios:
que heavy que maxi moralez viva en tu inconsciente, que heavy.
sos un delirante que hace reir!
muy heavy, pero es asi.
Lindo el cambio de look de tu blog mqdlv.. me gustó el final de decime que sí. porque dice pija.
"... con la distracción del sexo olvidé retirarlas."
Me sorprende Ud.
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