Llegué justo cuando estaba terminando de contar.
-Y entonces dejó de llorar de pronto y me dijo que quiere que nos compremos una mascota…
-¿Cual?
-Mi novia. Y ahora estoy presionado, no me queda otra que decirle que sí.
-No, cual mascota. Porque si le da lo mismo comprale un hamster o un conejo, que se mueren rápido. Son menos compromiso.
-No le viste la mirada. La cuestión es a gato o perro.
-Estás jodido.
martes, 28 de octubre de 2008
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5 comentarios:
Es increible el poder de una lagrima en la mejilla de una mujer. Uno se convierte en un muñeco complaciente en cuestión de segundos.
aguanten los problemas de los hombres... es decir: nosotras!
Lo de la mascota es una excusa. En realidad esa chica quiere casarse, y cuanto antes.
Ya lo dijo George Constanza: el antídoto para no sucumbir ante el llanto de una mujer, es sumarse al lanto pero por un motivo completamente diferente. Los hombres sensibles también somos estrategas.
no me gusta enterarme cuando los hombres hacen cosas sólo porque las mujeres los presionan.
¡me deprime muchísimo!
todas las estrategias de george constanza son excelsas.
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