domingo, 5 de febrero de 2012

EL LIBRO DE ARENA

Estoy abandonando el prejuicio de que Borges es solemne, críptico y que carece de sentido del humor. El libro de arena es, hasta hora, el que contiene los cuentos que más disfruté de él. Subrayé unas cuantas frases más que estas:

1.
Si esta mañana y este encuentro son sueños, cada uno de los dos tiene que pensar que el soñador es él. Tal vez dejemos de soñar, tal vez no. Nuestra evidente obligación, mientras tanto, es aceptar el sueño, como hemos aceptado el universo y haber sido engendrados y mirar con los ojos y respirar.

2.
Le pregunté si verdaderamente se sentía hermano de todos. Por ejemplo, de todos los empresarios de pompas fúnebres, de todos los carteros, de todos los buzos, de todos los afónicos, etcétera. Me dijo que su libro se refería a la gran masa de oprimidos y parias.
-Tu masa de oprimidos y de parias -le contesté- no es más que una abstracción. Sólo los individuos existen, si es que existe alguien.

3.
Los hechos memorables prescinden de frases memorables. Los soldados que están por entrar en batalla hablan del barro o del sargento.

4.
Lo sobrenatural, si ocurre dos veces, deja de ser aterrador.

5.
Como aquel rey que no soñó hasta que un hechicero lo hizo dormir en una pocilga.

6.
Noto que estoy envejeciendo; un síntoma inequívoco es el hecho de que no me interesan o sorprenden las novedades, acaso porque advierto que nada esencialmente nuevo hay en ellas y que no pasan de ser tímidas variaciones.

7.
No me abochorna haber querido ser periodista, rutina que ahora me parece trivial. El periodista escribe para el olvido y su anhelo era escribir para la memoria y el tiempo.

8.
Nunca Fermín Eguren me pudo ver. Ejercía diversas soberbias: la de ser oriental, la de ser criollo, la de atraer a todas las mujeres, la de haber elegido un sastre costoso y, nunca sabré por qué, la de su estirpe vasca, gente que al margen de la historia no ha hecho otra cosa que ordeñar vacas.

9.
Soy un hombre cobarde; no le dejé mi dirección, para eludir la angustia de esperar cartas.

10.
No hay un pueblo de la provincia que no sea idéntico a los otros, hasta en lo de creerse distinto.

11.
Cuando una cosa es verdad basta que alguien la diga una sola vez para que uno sepa que es cierto.

12.
Siempre uno acaba por asemejarse a sus enemigos.

13.
El planeta estaba poblado de espíritus colectivos, el Canadá, el Brasil, el Congo Suizo y el Mercado Común. casi nadie sabía la historia de esos entes platónicos, pero sí los más ínfimos pormenores del último congreso de pedagogos, la inminente ruptura de relaciones y los mensajes que los presidentes mandaban, elaborados por el secretario del secretario. Todo esto se leía para el olvido, porque a las pocas horas lo borrarían otras trivialidades.

14.
Todo viaje es espacial. Ir de un planeta a otro es como ir a la granja de enfrente.

15.
Un hombre no debe pensar en mujeres, sobre todo cuando le faltan.

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