martes, 21 de abril de 2015

SI TODO VA BIEN

Siempre pensó primero en sus miedos. Como para empezar por ahí. Y si no me sale, si me sale mal, imaginate si fracaso. Ese tipo de cosas. Hasta que un día empezó a triunfar en todo. Triunfar triunfar triunfar. Tres veces triunfar. Y más.

Tanto tiempo pasó dudando si algún día sería o no sería lo que pensaba que podía llegar a ser, que cuando se convirtió en todo lo que pensó que podía llegar a ser multiplicado por tres no supo qué hacer. En menos de dos años se cumplieron todos sus sueños. Los posibles, y los otros. Cada cosa que hacía terminaba en aplausos. Gente desconocida lo detenía por la calle para mostrarle su dedo pulgar derecho mirando hacia arriba. Y él empezó a ponerse nervioso. Nervioso, nerviososo, nervios, nerv.

Dejó de creer en sí mismo. Estaba convencido de que era una farsa, pero nadie se daba cuenta. Perdió el parámetro. Cada cosa que decía era celebrada por todos, menos por ese tipito gruñón que vivía adentro suyo desde que él era chico y aquel era tipititito.

Se dedicó a buscar. Buscó desesperadamente a alguien que contradiga su éxito. Un detractor absoluto, el presidente de su club de antifans. Buscó en barrios pobres, en barrios cultos, telefoneó a Jorge Rial, le preguntó a snobs, a veganos, a ecologistas, religiosos, extremistas, pesimistas y a esos adolescentes oscuros que se juntan en una esquina a vestirse de negro para repetirse que no están a favor de nada. Resultó que estaban a favor suyo. También ellos.

Decidió cambiar radicalmente, y empezó por la vestimenta. Fue a comprar la ropa más incongruente, se la puso toda junta, turbante incluido, y salió a caminar. Tenía puesto un traje imposible. A la gente le gustó mucho mucho.

Al día siguiente salió nuevamente con su traje imposible. Lo empezaron a felicitar. Palmadas en la espalda. Choque los cinco. Todo eso. Ya había otros que andaban con turbantes propios y le sonreían.

Empezó a sentir un olor. Un olor fuerte, como a huevo podrido, vomito de bebé y fermento de Jorge Formento mezclado en licuadora. Le dieron náuseas. Olió a la gente que lo saludaba, se olió la zapatilla, olió el piso, olió a todo su alrededor. No hubo caso. El origen era invisible. Se dio cuenta que si no encontraba el olor en nadie más, significaba que el olor era suyo.

Volvió a su casa corriendo. Se sacó la ropa en el balcón, la apiló y la quemó toda. Se puso a mirar el fuego hasta que se extinguía y encontró felicidad pasajera en ese ritual. Fue fugaz, pero le renovó el espíritu. Decidió cambiar radicalmente. Otra vez.

Se compró una cartera. No le parecía femenino, sino cómodo. Cambió el turbante por un sombrero a la Indiana Jones para sentirse importante. Se puso botas de cuero con taco alto porque era la mejor forma masculina de aumentar su altura sin convertirse en uno de esos payasos con zancos que reparten volantes en el circo. Y bufandas, a pesar de que era verano. Bufandas, de tres colores distintos. Amarillo, violeta y naranja. Para tapar el moño, que le gustaba usarlo sin que se viera, como si fuera su secreto más íntimo.

Salió decidido a ser otro. Contentísimo, la frente en alto. Su público enloqueció. Obra maestra. Genio del milenio. Avant garde. El adelantado. Y ese olor? Ustedes sienten ese olor? Ese olor insoportable. No se soporta. Pero nadie lo sentía más que él.

Corrió. Y su público detrás. Pero él corrió más rápido, y mientras se sacaba la ropa sus perseguidores se detenían para quedarse las prendas como recuerdos. Llegó a un lago y se tiro de cabeza desnudo. Salió con la cabeza desnuda, limpita. Y la boca como medialuna sacando a respirar a los dientes.

Sus seguidores lo vieron sin nada más que piel y, por fin, se indignaron. Qué verguenza. No tiene tacto. No tiene gusto. El nudismo está re out. A quién se le ocurre? Y él así, al natural. Todos asqueados, cierto, pero ya no sentía el olor. Ya no. Se sentía en paz consigo mismo, peleado con todos los demás.
Se sentía justo como quería ser: un verdadero artista.

3 comentarios:

tatatata dijo...

uy que bajon ser un artista..
muy lindo leerte!
ah! y los gatos son lo mas ja

JUAN dijo...

Muy bien Fer!!!

Tu blog tiene esmero y corazón.

Uno de estos días, cuando menos los esperes, aprezco por el Matienzo.

Firulo dijo...

Pasó el odiante y no me odió! Milagro, no sabía que sabías de este blog, don juan.

Espero con ansias tu visita a matienzo...


tatatata gol? De ahí viene el tatatata o del profesor jirafales? Sigo sin estar convencido de los gatos. Una noche hice un disco con canciones para perros y había una que se llamaba antigato, otro día te la canto.