domingo, 31 de agosto de 2008

MAGIA MODERNA

Un cumpleaños de treinta es un excelente momento para la regresión. Por eso todos festejamos la ocurrencia de Marius de festejarlo con piñata, globos y un mago. Pero no un mago-show con chistes baratos y aires de payaso: un mago-mago.

Teníamos tantas ganas de verlo que empezó a correr el falso rumor:
-Ya llegó el mago, ya llegó el mago…
-¿Dónde?
-Es uno de nosotros, pero no sabemos quién. Hay que fijarse, debe ser el que nadie conoce.
Eran mentiras. Una forma de matar la ansiedad, que nos estaba matando.
De pronto alguien abrió la puerta y entró un hombre mayor, de traje y corbata, con un maletín negro.
-Es el mago o el visitador médico?
-No, es el del 6 B que vino a decir que apaguemos la música o llama a la policía.
Era el mago nomás. Se preparó, y pidió que encendiéramos la mayor cantidad de luces.
-Para que se vea que no hay truco, no?
Me miró con confianza. El tipo prometía.

Los primeros trucos no estaban mal –uno de cartas, el de las tres monedas, dónde está el huevito?-, pero se esperaba más. La primera gran sorpresa fue con el de la agenda. Nos mostró un sobre cerrado dónde supuestamente guardaba una carta, y una agenda que en cada día del año tenía anotada una carta distinta.
Hizo pasar a un chico y una chica: ella tenía que pensar un mes; él, un día.
-Ya pensaste el mes?
-Sí, pensé.
-No lo digas, estás segura de que no querés cambiar? Yo siempre pregunto esto para demostrar que me da lo mismo el mes que elijas. Podés cambiar si queres, querés cambiar?
-No, está bien.
-Y vos ya elegiste el número?
-Sí, pero lo cambié.
-Querés cambiarlo de vuelta?
-Bueno, dale… ya está.
-Te quedás con ese o querés cambiarlo?
-Cambio una vez más… la última.
El día era el 26 de noviembre. En la agenda estaba escrito ese día el seis de diamantes. En el sobre cerrado estaba el seis de diamantes. Ovación.

En cada truco el mago hacía pasar a algún invitado, y les hacía preguntas para desorientarlos. Yo estaba sentado bien al frente con una remera roja radiante, intentando esconderme para que no me señale. Finalmente me señaló, pero por suerte no me hizo pasar vergüenza frente a todos. Me dio un papelito y un mini sobre donde tenía que anotar dos o tres palabras para que él las descubriera telepáticamente.
-Dale, no te va a tomar mucho trabajo. Se que no estás acostumbrado a trabajar.
-Tanto se nota? Voy a tener que afeitarme.
-No serviría de nada, es la telepatía.
Otros cuatro tenían el mismo trabajo; en total había cinco sobrecitos.

Los recibió de vuelta, y moviéndolos de acá para allá dijo que no los iba a abrir, que los iba a adivinar cerrados. Una chica pasó para demostrar que no se veía nada a contraluz.
El mago fingió concentración y sacó el primero: "fideos con tuco". Una papa. También sacó el segundo, de una chica del fondo: "Tal para cual".
-Quién escribió el canguro?
Levanté la mano.
-Este canguro... está triste? No, esperá, dame un poco más de tiempo.
-Ajá, no soy tan fácil. Es que pienso en cualquier cosa para distraerte: caballos, hamburguesas, morrones asados… además mi mente es impenetrable.
-Canguro infeliz!
-Se me escapó. Maldito.
(Más tarde banshi me comentó que le daba mucha lástima la imagen del canguro infeliz. Yo no sabía por qué había escrito eso, pero era incoherente: los canguros saltan, el salto es una expresión de alegría -recordar a Silvio soldán-, no deben existir canguros infelices. Por eso lo desolador de la imagen).

Después el mago adivinó el de la cumpleañera ("paragüas paragüas", interesante estrategia para despistarlo), pero el último al parecer no le salía. Pidió pistas, dijo que empezaba con una x (y no era así), pensó, se frustó, pidió disculpas y admitió que no lo pudo sacar.

Algunos pensaron que el hecho de que no le saliera, de que pudiera fallar, como diría Tu Sam, lo hacía todavía más creíble. La excepción que confirma la regla, digamos. Es una frase que nunca entendí: si hay una excepción, no hay regla, no jodamos.
Otros estaban convencidos de haber descubierto el truco. Todos hablábamos de eso cuando recuperamos nuestras cervezas. Que cuando agarró los sobres los cambió rápido, que no los abrió nunca y eso era sospechoso, que miraba para el maletín abierto cada tanto (estaba sobre la mesa y no se veía su interior).

Yo creía que tenía una camarita escondida en el maletín y una asistente que miraba lo escrito desde su casa, gracias a internet, y lo llamaba para decirle todo a través de un auricular miniatura que tenía escondido en la oreja. Mis sospechas tenían dos fundamentos:

A) En un truco anterior, dos chicas habían pasado a elegir una carta; y mientras la tenían escondida contra el pecho, una tercera tuvo que llamar a un número telefónico que le dio el mago para decir "alguien eligió algo" y todos escuchamos la respuesta: "el cinco de corazones y el diez de trebol". Efectivamente: aplausos. Pero eso quería decir que el mago tenía una colaboradora externa. Elemental, mi querido Watson.

B) Mientras intentaba adivinar la inscripción del último sobre, se escuchaba ténuemente un teléfono celular sonando sin que llegara a conectarse la llamada. Deducción: hubo un problema con la línea, desperfectos técnicos y por eso veíamos al mago nervioso e incómodo intentando resolver la situación hasta admitir su derrota.

Después alguien dijo que el teléfono que sonaba era de uno de los chicos del fondo, y todo quedó en la nada. Es mejor así, aunque es inevitable querer descubrir el truco, siempre es mejor no saberlo. Sería una gran desilusión enterarnos que el secreto de la magia sea el Bluetooth o las cámaras Wireless. La ciencia mata la capacidad de sorpresa (también dicen que mató a Dios).

Aunque, pensándolo mejor, que alguien hable sólo en voz alta mientras conduce un auto y en alguna otra parte del planeta otra persona esté escuchándolo, es un tipo de magia.
El problema es que ya estamos acostumbrados.

jueves, 28 de agosto de 2008

LAVAME SUCIO

No es fácil tener una chica que limpia cada dos semanas. El problema es que uno sabe con anticipación que va a venir, y deja de lavar cuatro días antes. La bacha va creciendo y creciendo, y a veces pasa (como hoy) que a último momento se le ocurre llamar para cancelar.
Terrible noticia. Ahora voy a tener que gastar todos mis ahorros para salir a comer afuera.
Y tengo que comprarme cubiertos.

martes, 26 de agosto de 2008

MUSICO NO INVITADO

-Este jueves vamos a proyectar The Wall.
Venite, va a haber perfo y músicos no invitados.
-Van a tocar de prepo?
-Exactamente.
-Entonces voy. Y llevo mi violín.
-Dale, te invito.
-Ah no, así sí que no. Voy a ser el único músico invitado? Es mucha responsabilidad. No tengo tanta práctica para que figure mi nombre en el cartel.
-Hay gente puta, eh.
-Se dice cobarde.

sábado, 23 de agosto de 2008

LA VENGANZA DE DOLLY

Género Ovejas asesinas.
En síntesis Cine clase B, hecho como A.
Ideal para Vegetarianos ansiosos de venganza.
Puntaje 4 firulines.

Ovejas mutantes asesinas. Si leyó hasta acá ya tiene una idea de si puede o no llegar a gustarle esta película. Black Sheep es un disparate filmado con total seriedad, como se debe tomar el humor, pero el resultado no cumple las expectativas. Proponiendo un mix de géneros entre el terror y la comedia (aunque más inclinada para este lado), el film no da miedo y, si bien saca algunas risas, el chiste es uno solo: la premisa de ver a los animales más mansos y tontos del planeta como zombies despiadados. En un principio la audacia del planteo funciona, pero después de un tiempo el efecto se diluye y la broma se vuelve algo repetitiva.

Por supuesto que no todo es un completo desperdicio. Lo que promete el póster se cumple con creces, así que los vegetarianos que ansiaban ver la postergada venganza de las costillitas de cordero a la riojana no se irán defraudados: esta es la película que estaban esperando. Más teniendo en cuenta que las numerosas escenas de ovejas masticando vísceras humanas fueron hechas por Weta Workshops, los responsables de los efectos especiales de la trilogía de El señor de los anillos. Sin escatimar presupuesto, la producción supo explotar el potencial de estos animales adorables, y hay que admitir que ver a un rebaño bajando por un prado hermoso para cumplir su feroz revancha ecologista despedazando a un grupo de ejecutivos tiene lo suyo. Hay algo de sangre para los amantes del slasher y un homenaje al clásico hombre lobo americano traducido en el hombre oveja neozelandés. Pero en definitiva tanto el gore como los gags se quedan cortos y, sin generar suficientes gritos ni carcajadas, la película se queda en el meeeedio.

Ahora bien, resultado aparte, hay que aplaudir el riesgo que toma la película. No sólo por el mérito de llenar la pantalla de ovejas durante más de una hora sin que el público se quede dormido, sino más que nada por animarse a realizar la idea más absurda con la mejor calidad. Es cierto, el film está muy lejos del nivel de El milagro de P. Tinto o las obras de Stephen Chow, pero es gratificante saber que todavía hay gente apostando por el delirio. Y genera cierta envidia el hecho de que en otros países haya recursos para financiar disparates, cuando en Argentina pareciera que sólo pueden hacerse películas importantes.

P.D: Aprovecho para avisar que ya se estrenó sin mucho ruido Paranoid Park, de Gus Van Sant, y hay que verla en cine antes de que la saquen. Lars y la chica real por otra parte, tiene lo suyo.

miércoles, 20 de agosto de 2008

TAN MARTEL

Género: Cine de autor.
En síntesis: Un thriller dramático con el sello de la directora de La ciénaga.
Ideal para: Espectadores sensibles y analíticos que prestan atención a los detalles.
Puntaje: 8 firuletes.

Explicar dónde se esconde el placer de las películas de Martel es como transmitir a los amigos la esencia de la chica que nos gusta. Si bien se podría describir con trazo grueso su atractivo, hay algo más, una sumatoria de detalles que la hacen especial: la forma de sonreír, el reflejo de la luz en su mirada, una mueca pícara. Y en el universo de Lucrecia, esos detalles están en cada una de las escenas. Una sobrina que dice zangolotear es como un lunar bien ubicado; una reunión alrededor de una tía en cama es ese flequillo que le tapa los ojos y tiene que soplarse cada tanto. Lucrecia ve a las escenas desnudas y las va vistiendo de a poco, como una estilista obsesiva, hasta agregarle el último de los accesorios. Esa construcción por capas permite disfrutar cada escena por separado, con una tensión propia, mientras las piezas sutilmente van cayendo en su lugar hasta dar forma al conjunto.

La mujer sin cabeza sigue de cerca a Verónica, una mujer de clase alta del interior que atropella algo en la ruta (un perro, un niño) y queda en un extraño estado de shock; entre la confusión, la culpa y la sensación de ser ajena a la vida que construyó. María Onetto sostiene la trama con una expresión contenida, casi sin respirar, mientras se deja llevar en silencio por la rutina; y la tensión se quiebra con un humor sutil que surge de la confusión de la protagonista, el costumbrismo y el contraste de la música en situaciones dramáticas.

Con paciencia y confianza, Martel dejar reposar la película en este clima enrarecido valiéndose de lo que mejor le sale: la creación de atmósferas mediante un gran trabajo del sonido y la fotografía, que acompaña las sensaciones de Verónica utilizando sombras que le cubren la cara y el fuera de foco para despegarla de su entorno. Sobrevuela un aura de misterio que coquetea con el cine de David Lynch, incitándonos a descubrir qué es lo que pasa mientras nos sumerge en las imágenes; pero en este caso no todo era un extraño sueño y cuando Verónica despierta, la historia cambia.

La escena de quiebre ocurre en un baño, cuando ella se permite llorar. Antes de eso no puede decir lo que pasó, y después no puede dejar de decirlo. Es el entorno entonces el que vuelve a estar en foco, con la practicidad de los hombres de ocultar los problemas. Verónica es un iceberg; pequeños gestos y acciones nos conducen a su pensamiento, y con su indecisión corre el riesgo de hundirse en la duda eterna en torno al accidente. Así es que van resonando los temas que abarca Lucrecia: la impunidad del apellido, el costo de la verdad, cierto paralelismo con la dictadura… Por supuesto que sin respuestas claras y con la ambigüedad que la caracteriza.

El mayor atractivo de La mujer sin cabeza es esa cualidad tan Martel que, al igual que los libros de Cortázar, genera placer sólo por la forma de hablar y relacionarse que tienen los personajes. Como siempre las actuaciones resultan naturales, se respira vida en cada plano y aparecen esos códigos internos de familia grande, burguesa y provinciana que invitan a ser parte de su mundo. Y para el público de culto están las los diferentes niveles de lectura, con símbolos y detalles que recompensan a los espectadores incisivos.

Ahora habrá que esperar para ver qué hace con El Eternauta, un desafío nuevo que le servirá para escapar de su lugar de intocable y animarse a lo inesperado.
Ojalá no se demore otros tres años en hacerla.

lunes, 18 de agosto de 2008

DISCUSION

Discutimos fuerte.
El tema es privado, pero había que tomar una decisión.
Me dijo que lo discutiera con la almohada, me hizo prometerle.

Esa misma noche lo duscutí nomás, soy un hombre de palabra, y ganó la almohada. Me quedé con una rabia...

A la mañana me levanté y antes de desayunar fui a comprarme otra.
Una que sea menos dura, más acolchada y suavecita.
Y que piense igual que yo.

viernes, 15 de agosto de 2008

BACKSTAGE CREATIVO

Algunas frases de profesores y alumnos de creatividad publicitaria recolectadas en las primeras semanas del segundo año de la "carrera":

Las ideas no son de quienes las piensan, sino de quienes las hacen.

Estoy contenta: nunca me pasó esto de pasar a segundo año (alumna iniciando su tercer terciario).

Al final del día tenemos que vender mayonesa.

!Ma si, me caso!

El día que no me sorprenda, estudío abogacía.

Nunca confíes en un director de arte que no tiene anteojos, porque significa que no laburó (la pantalla te va dejando ciego)

Esto es un negocio del ego, Man.

A mi me gustaba mucho dormir, algo que no puedo practicar más.

Me llamo Belisario (un alumno).

Búsquense padrinos.

Tus viejos no son malos; tienen pánico de que te mueras de hambre.

¿Eso por qué? Porque al tipo lo rockeabamos.

Mi hijo dejó karate, le pregunté por qué y me respondió: te hacen pelear contra hermanos.

Dejé arquitectura para ver el mundial 86 (un profesor).

Hice un estudio en Londres sobre los Teletubbies (el mismo profesor).

Nos juntabamos a ver películas y comer fideos. Le llamabamos el fideo-club.

¿Por qué no hay policías mujeres? Porque no hay uniformes rosas.

¿De qué trabajás? De secretaria en un estudio de vidas pasadas (una compañera).

jueves, 14 de agosto de 2008

REALIDAD

Darse cuenta de las cosas te hace más maduro.

Pero no más feliz.

martes, 12 de agosto de 2008

UNA LINDA IMAGEN

-Che, ¿cuándo me vas a poner en el blog? Sólo lo leo para ver si aparezco y no pasa nada.
-Por eso mismo, Si te pongo lo vas a dejar de leer. Es fundamental mantener la expectativa, todos se aburren después del objetivo cumplido. Además cuando llegue el momento puede que no aclare quién sos o que te cambie el nombre.
-No importa, yo voy a saber que soy yo. Con eso me alcanza.
-Te prometo que el día que tengamos una conversación interesante no me va a temblar el pulso para incluirte. Quizás últimamente venimos con charlas mediocres, estamos por debajo de nuestro nivel. ¿Tenés algo importante para decir? Te juro que te pongo esta misma noche.
-Dejame pensar…
-…
-Esta parte editala después, escribilo como que la respuesta te la di al toque.
-No, porque no sería creíble.
-…
-…
-El otro día me tomé el subte y leí en el diario La Razón que el 8 es un número de la suerte en China, y por eso los juegos olímpicos empezaron exactamente el 08/08/08.
-Eso es mentira. Eso me pasó a mí, pero lo puse como que lo dijiste vos para que tengas una excusa de aparecer.
-Puede ser, pero no hay manera de comprobarlo. Igual por si llega a ser verdad, te agradezco. La cuestión es que como el 08/08/08 era de buen augurio, y además estaba el comienzo de los juegos, unas cien mil parejas de chinos se casaron ese mismo día.
-Los chinos son millones, esa cantidad de gente seguro que se casa todos los días.
-No, porque por algo es noticia. Además quizás eran 300.000, no me acuerdo bien el número, y en la foto se los veía a muchos juntos en un campo: miles de chinas en vestidos de novia y chinos en frac en una plaza con pasto.
-Claro muchos se deben haber casado en el mismo lugar a las ocho de la noche y ocho minutos y ocho segundos. Imaginate si fueras chino y estuvieras de novio hace tiempo ya pensando en casarte; cuando ves que toda la gente se va a casar ese día, ¿te sumás o preferís otra fecha?
-Es difícil, porque supuestamente ese es TU día, no querrías compartirlo. Pero a la vez me gustaría poder contar que me casé con otras cuatro mil personas.
-Claro, yo creo que me casaría ese día pero el festejo lo haría aparte y pasaría un rato por la plaza a la hora de la foto. Casarse en masa es casi lo opuesto de un suicidio colectivo. ¡No te lo podés perder!
-Creo que lo opuesto sería concebir un bebé en masa.
-Eso también sería una linda imagen: cuatro mil culos de chinos al sol en un día de campo. ¿Ves? Yo sabía que eras capaz de decir algo interesante.

lunes, 11 de agosto de 2008

DESCUBRIMIENTO

Estoy haciendo una nota de tecnología en miniatura y acabo de darme cuenta por qué el Inspector Gadget se llamaba así. Nunca antes me había puesto a pensar en su apellido.

Y eso que no estuve fumando nada raro.

Ahora entiendo por qué siempre detesté que la traducción le diga Inspector Truquini: no era conceptual.

sábado, 9 de agosto de 2008

P Y Q ENTONCES R

Si los amorales no tienen moral, y los morosos tienen deudas...
¿los amorosos no le deben nada a nadie?
¿Será por eso que son tan queribles?

viernes, 8 de agosto de 2008

MI BIBLIOTECA

Es una biblioteca violeta. Tiene la altura de un pequeño jugador de básquet, el ancho de un enano estándar en posición horizontal y la profundidad de una biblioteca. Está hecha de madera, y es violeta porque yo la pinté de violeta. No se qué pensará ella de su color, pero mi casa la prefiere de violeta porque yo la prefiero de violeta y en mi casa se hace lo que yo digo.

La biblioteca tiene cinco pisos más la parte de arriba, que es donde guardo discos viejos y papeles de trámites. Ahí también se junta el polvo, porque sabe que no llego a limpiar tan alto y puede dormir tranquilo.

En el primer piso viven los dvds. Antes vivían los vhs. ¿De qué sirve una colección si no resiste el paso del tiempo? No sé, pero un coleccionista tiene que coleccionar. Además, las nuevas cajitas son más flacas, más altas, más lindas y más coloridas, ya que están impresas con las tapas de sus respectivas películas.
Mi biblioteca, que está en mi casa y es obediente, elije como sus preferidas a Tiempos Violentos, Magnolia, Delicatessen, Donnie Darko, Los excéntricos Tenembaun, El ladrón de orquídeas y Apocalipsis Now.
Mi biblioteca tiene buen gusto.

El piso del medio es el de los libros más nuevos, que todavía mantienen sus lomos intactos. Están clasificados primero por editorial, luego por tamaño, luego por colores y por último como se me da la gana, porque algo de anarquía siempre es saludable.
Delante de los libros hay chucherías, como inciensos, encendedores y una bocina vieja de bicicleta que cada vez que suena desespera a mi perro boxer. También es el piso de los muñecos: Homero, Kenny, Jack, Manolito, Libertad, Miguelito y el abuelo Simpson.

El anteúltimo piso mezcla libros en estado crítico con diccionarios despellejados, álbumes de fotos y objetos nómades como fichas de poker, el orgasmotrón y demás artículos de carácter privado.
Algunas ediciones destacables del piso: los macanudos de Liniers, El eternauta, una guía del masaje sensual con fotos explicativas (regalo de una ex novia para mi hermano mayor), y libros escritos por mi abuela en la época de sus delirios místicos. La página 48 del volumen El orden del amor contiene el capítulo de título excitarse que comienza diciendo es lo más común. Luego, continúa.

El último piso es el de las revistas. Por más que las saco y vuelvo a ponerlas una por una, sigue siendo un piso dominado por el caos. Las revistas no saben nada del orden.

Parte imprescindible de una casa, escondite de gustos culturales y secretos íntimos, las bibliotecas dicen mucho de la vida de una persona. Pero la mía no, porque lo tiene prohibido, así que cualquier cosa que quieran saber me lo preguntan a mí, ¿está claro?

miércoles, 6 de agosto de 2008

HOUSTON, TENEMOS UN PROBLEMA

Mi mejor versión es la futbolística.
Pero no me gustan las chicas que gustan de futbolistas.
...
Me gustan las chicas que gustan de poetas, músicos o idealistas.
Y yo no soy ninguna de las tres cosas.
...
Algo no está bien en esa ecuación.
...
Creo que lo mejor sería comprarme una armónica.

lunes, 4 de agosto de 2008

CAOS Y CONTROL

Hoy decidí que para ordenarme la vida necesito una agenda.
Admito que me resistía a la idea porque pensaba que eso significaría tener una vida ordenada y previsible, cuando yo siempre aspiré a una vida llena de giros sorpresivos. Quiero abrir la puerta y que aparezca un chino inesperado. Es así, me divierte el fuera de contexto.
Pero hoy decidí que tener una agenda no impide que puedan hacerte fiestas sorpresas. Y de alguna manera tengo que matar a la culpa anónima. Es una sensación que me persigue: la sospecha de tener que estar haciendo algo sin saber qué. (A veces ordeno el monoambiente y lavo los platos sólo para sentir que hice algo que debía ser hecho). Quizás el trauma se remonte a la época en que debía correr a mi cuarto apenas intuía que mi padre llegaba a la casa para que no me viera viendo tele en el living, algo que le molestaba enormemente y lo llevaba a darme tareas hogareñas inservibles que justificaran mi existencia.
Cconseguir una agenda significaría una batalla ganada al zapping e internet, dos rivales temibles. El problema es que hoy tengo un día complicado, no me queda tiempo para nada. Y no se dónde agendar que tengo que comprar una agenda un día de estos.
Seguro todo terminará en la nada: un nuevo pilón en mi montaña de culpa anónima.
No es la primera vez que me pasa.

sábado, 2 de agosto de 2008

NO ME MIRES QUE NO ME SALE

Nunca en toda mi vida había visto una cola tan larga para el baño de hombres. Medía tres personas y media de ancho y unos 25 metros de largo. Por más que me concentré, las ganas no se fueron, así que no me quedó otra que hacer la fila. De fondo sonaba la orquesta de tambores de La bomba de tiempo, una gran solución del Konex para sacarle el mal gusto a los lunes.

Pasaron diez minutos y de alguna manera logré llegar a la puerta sin que me estallara la vejiga. Pero ahí no terminaba el problema, porque el baño era enorme y apenas entré vi más de veinte personas adentro, esperando su turno. Había una fila de cinco meadores detrás de cada mingitorio. Y eran cinco mingitorios, uno al lado del otro. Yo quedé último en la fila del medio, la número tres.

-Ey, qué estamos viendo? –le pregunté al de al lado, que era más alto que yo y llegaba a ver algo más que un grupo nucas-. ¿De qué trata el show?
-No se, pero parece interesante. Hay mucha expectativa.
-Tendría que haber comprado platea, los petisos nunca vemos nada desde el campo.
Se rió y sutilmente se apretó la entrepierna. Teníamos el mismo problema.
-Me siento en la popular –le dije-. Si somos la hinchada tenemos que hacernos cargo.
Nos miramos y empezamos a cantar. Enseguida se sumaron otros y los que meaban sintieron el aliento de la hinchada.
-¡Vamos que se puede! ¡Fuerza loco, que ya va a salir!
-Eso, eso… metele rápido, no pierdas la concentración…
-¡Hacelo por la gente!
Entre varios empezamos a aplaudir mientras cantábamos ¡meo, meo, meo! ¡ya, ya, ya, ya!
Algunos sufrían y por más que intentaban no lograban sacar las primeras gotas. La hinchada los intimidaba, no soportaban la presión.
-Vamos que si no sale, sale la próxima. –los apuraban para ver si abandonaban.

Me dio un poco de miedo. Recordé las veces que mi papá esperaba que hiciera pis en un árbol para seguir camino, y yo que no podía y no podía hasta que le gritaba: ¡No me mires que no me sale!
Sentí que me transpiraban las manos. Pronto sería mi turno, tenía que estar preparado. Pensé en canillas abiertas, cascadas de Bariloche y en ese hermoso sonido después de apretar el botón de la cadena. El que estaba adelante mío se dio vuelta y suspiró aliviado mientras se levantaba la bragueta.
La hora de la verdad.
Y lo que siguió, son cuestiones de la vida privada de cada uno.
Lectores amarillistas.

viernes, 1 de agosto de 2008

DICEN POR AHI

Que el colorado Liberman le "tiraba la goma" a Cambiasso.
Yo no quiero decir nada, no me gustan este tipo de rumores.
...
...
...
...
Pasalo.